Comida para mi cerebro

Juntos, forman uno. Ella es un amor, y él lo es con ella. Es sano, es bonito, son felices juntos. Me encanta verle así, cómo le brilla la mirada cuando habla de ella, cómo, a veces, no puede dejar de hacerlo. Sin quererlo. Es precioso. Es amor. Pero no puedo evitar ser egoísta. Pensar en cómo sería todo si en vez del suyo el nombre en sus labios fuese el mío. Desear que aquel brillo en sus ojos apareciese al mirarme. Y lo odio. Me odio. Quiero sacarme su voz de la cabeza, y al mismo tiempo la necesito ahí. Me calma, me hace sonreír. Quiero que no se me desboque el corazón cuando me abraza, y al mismo tiempo me resulta un placer culpable que me tiemblen hasta las piernas. Quiero salir de esto, y al mismo tiempo quiero tenerte entre mis brazos. Quiero, j untos, formar uno.

Lo único que he querido siempre es éxito. Siempre lo he tenido todo organizado y decidido al milímetro, para que no se me escapase nada. Tengo 20 años, y todo el mundo a mi alrededor está empezando a coleccionar éxitos, hacer currículum, terminar sus carreras, empezar a trabajar. Mientras tanto, yo estoy hecha una bola llorando en mi cama, sintiéndome un fracaso. Porque de la noche a la mañana, todos mis planes se han ido a la mierda y me doy cuenta de que soy un desperdicio de talento, tiempo y dinero. Un fracaso que no sabe más que llenar el vacío que ella misma se ha creado comiendo sin parar, haciéndose bola en la cama, llorando. Creo que voy hacia arriba y de inmediato me vuelvo a hundir. Me dicen que no me rinda, que siga adelante, pero cada vez me pesan más los pies. Y me siento estúpida, porque ¿Cuánto peso puede haber sobre una chica de 20 años con unas expectativas demasiado altas? Sólo soy una cría estúpida y mimada con unos aires de grandeza que se le han caído directamen

¿ Este año qué he hecho? Pasarlo fatal por no estar haciendo nada, pasarlo fatal yendo a la universidad, con ansiedad permanente por sentir que no pertenecía allí. Pasarlo fatal cuando he tenido que hacer solicitudes, papeleos, traducciones, trabajos de admisión, para que al final absolutamente todos hayan desembocado en fracaso. Pasarlo fatal porque estoy fracasando en todo lo que hago, en todo. Fracasé en mi dieta, fracasé en mis ventas, fracasé en mi carrera, fracasé en conseguir una nueva, fracasé en mantenerme en pie, fracasé en volver a levantarme después, fracasé en el amor y fracasé con amistades, fracasé con mi familia, fracasé con mi arte, y fracasé conmigo misma, porque me he perdido, me he perdido en un hoyo tan profundo que ya no soy capaz de reencontrarme. Y cuando consigo encontrar una distracción, algo que me mantiene contenta y me ayuda a no pensar en mis fracasos, se me culpabiliza por ello. Otro fracaso. Trato de contraatacar, y vuelvo a fracasar. Otro fracas